AL ESTILO MATHEY
· Gratitud
Gustavo Cadena Mathey
Buen día lector:
Hoy es un buen momento para dejar testimonio, a nombre de toda la familia, para expresar el profundo agradecimiento que sentimos hacia todos aquellos que de una u otra manera nos hicieron llegar sus expresiones de aliento ante la partida sin retorno de nuestros queridos hermanos José Víctor y Josefa Trinidad.
Hace poco más de un mes fue la cremación de Chepe (José Victor) y la semana pasada despedimos a Trini en el Panteón Xalapeño.
Nos duele mucho el que ya no estén con nosotros, pero la fe espiritual que con gran amor sembraron nuestros padres y nuestra propia convicción nos conforma al pensar que están con ellos, con Soledad y José en un lugar mejor con nuestro Dios sempiterno.
Mi hermano José, oriundo de Hueyapan, de 59 años de edad, fue el segundo de diez hermanos. Muy trabajador desde pequeño ayudaba a la casa cuando boleaba zapatos o vendía chicles en el parque de Acayucan; fue gerente del banco, luego trabajó en el IMSS en el DF, posteriormente se fue a vivir a Platón Sánchez, donde se casó, instaló un negocito en Huejutla y finalmente se metió a la política y allí empezó su declinación. Tuvo un efímero paso por la Subsecretaría de Gobierno (en Chicontepec) en tiempos de Jorge Uscanga quien no lo apoyó "porque no sabía", según me dijo en aquel entonces.
Se vino a Xalapa a intentar recuperar una inversión política que para él le adeudaban y se peleó con mucha gente. Aunque acá se casó en segundas nupcias, vivió en solitario bastante tiempo y finalmente fue encontrado sin vida en un departamento en Banderilla. Tuvo cuatro hijos.
Trini, la tercera hija, también de Hueyapan, no tuvo hijos ni se casó, fue un pilar en la casa paterna. Algún tiempo se fue a trabajar a Estados Unidos pero regresó para seguir ayudando a mi madre en las tareas del hogar y con los demás hermanos.
Después de la muerte de mi madre se vino a Xalapa y con el apoyo de Dante Delgado encontró un lugar en la SEV donde se ganó el cariño y la estimación de sus compañeros por su sencillez y simpatía y por el apoyo que siempre brindó a Pedro, hermano que padece de epilepsia. Hasta hace poco tramitaba su jubilación.
En fin, damos nuestras más sinceras gracias a los médicos, enfermeras y personal directivo del Centro de Especialidades Médicas, sobre todo a los médicos Raúl Alarcón y Gloria Molina; del Centro Estatal de Cancerología, especialmente Lourdes Vega y Carlos Escorza y de la clínica del Issste Hugo Azamar Muñoz; al Secretario de Gobierno Gerardo Buganza; al Secretario de Salud Pablo Anaya; al líder del PRI Héctor Yunes Landa; al Señor Procurador Reynaldo Escobar a las agencias cuarta y quinta del M.P.; a don Elpidio Pérez, administrador del Cementerio Xalapeño; a la familia Pérez Guzmán; a aquellos que donaron parte de su sangre, tan difícil de conseguir, a mis amigos de los medios de comunicación; al Señor Magistrado Alberto Sosa Presidente, y los magistrados Alfredo Algarín, Fernando Charleston del Tribunal Superior de Justicia, al consejero José Luis Salas Torres y muchos amigos de esa respetable institución; gratitud especial a los compañeros de trabajo de Trini, que generosamente la visitaron y después hicieron su cooperacha para ayudar en los gastos del funeral y a los sacerdotes y todos quienes oraron y lo siguen haciendo, por ella.
En la corta estancia en los hospitales me he percatado de lo tremendo que resulta para los familiares de los pacientes, sobre todo de tantos niños que sufren y a los que duele mucho ver así.
Ojalá se pudiera crear una cultura de donación de sangre que deveras hace mucha falta.
También observé personajes que hacen el bien sin interés alguno como el maestro Medina que ayuda y alienta a la gente y qué decir de la maestra jubilada (no le gusta que se publique su nombre) que se la pasa todo el tiempo en el CECAN viendo qué puede hacer por sus semejantes en un apostolado ejemplar.
La verdad nos sentimos dolidos por la partida de estos hermanos mayores, pero el caso permitió estar más unidos y reunirnos junto a ella el día que le hicimos una fiestecita que le gustó mucho con el gran declamador Rolando García Uscanga y allí hablamos abiertamente y con el corazón.
Todo este pasaje nos permitió además recibir la buena vibra de gente de Chicago, de Villahermosa, de Acayucan, Poza Rica, de Tampico, de Puebla y de muchos lugares, a todos, que Dios los bendiga.
Que tenga un buen día.
gustavocadenamathey@hotmail.com
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