PARA NUESTROS AMIGOS TAXISTAS

 

 


VALORES

TU ENCUENTRO CON DIOS

PATO O ÁGUILA, TÚ DECIDES...
Rafael, de pie en la calle, esperaba un taxi. Para su sorpresa, sin necesidad de llamarlo, se acercó un coche, perfectamente limpio, bien pintado y se puso frente a él.
Inmediatamente el chofer descendió del auto dio la vuelta al coche con paso rápido pero elegante y le abrió la puerta trasera.
Rafael miró al chofer sorprendido y notó que vestía elegante con una camisa blanca, corbata negra y pantalones oscuros muy bien planchados. Iba bien rasurado y peinado.
Se subió al taxi, y notó de inmediato que ese no era un taxi cualquiera. Ese auto estaba limpio, brillante, olía bien y tenía un chofer orgulloso de serlo.
- “¡Buenas tardes!”, le dijo el chofer con una sonrisa que le llegaba a las orejas.
- “Estoy para servirle, ¿a dónde quiere usted que nos dirijamos?”
Rafael le dio las señas del lugar al que se dirigía y el auto inició su marcha.
- “Le ruego me disculpe un momento”, dijo el chófer, casi de inmediato.
- “Permítame presentarme, me llamo Andrés, y ahora soy su chofer. Mucho le agradeceré si se toma unos segundos para leer esto”, y le alcanzo un cartón plastificado.
Rafael leyó en la tarjeta:
Misión de Andrés:
"Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera mas rápida, segura y económica posible, brindándole un ambiente amigable"
Rafael quedo impactado. Admiró de nuevo el interior del taxi que estaba igual que el exterior, ¡¡limpio sin una mancha!!
Mientras se acomodaba en el asiento, incrédulo, escuchó de nuevo la voz de Andrés.
- "¿Le gustaría tomar un café? Tengo unos termos con café regular y descafeinado".
Rafael bromeando, por incrédulo contestó:
- "No, preferiría un refresco".
Andrés sonrío y dijo:
- "No hay problema, tengo una hielera con refresco de Cola regular y dietética, agua y jugo de naranja".
Casi tartamudeando Rafael le dijo:
- "Tomare la Cola dietética"
Pasándole su bebida, Andrés le dijo,
- "Si desea usted algo para leer, tengo varios periódicos del día y algunas revistas y le pasó de nuevo un pequeño cartón con los títulos de los diarios y revistas a su disposición y seleccionó una revista.
Inmediatamente después, Andrés le paso a Rafael otro cartón plastificado, diciendo:
- "Estas son las estaciones de radio que tengo y la lista de la música que le puedo poner si usted lo desea, al menos que prefiera el silencio.”
Y como si esto no fuera demasiado, Andrés le dijo que tenia el aire acondicionado prendido y preguntó si la temperatura estaba bien para él. Luego le avisó cual seria la mejor ruta a su destino a esa hora del día. También le hizo conocer que estaría contento de conversar con él o, si prefería lo dejaría solo en sus meditaciones....
- "Dime Andrés, -le pregunto asombrado Rafael, hablándole de tú con gran confianza- ¿siempre has atendido a tus clientes así?"
Andrés sonrió a través del espejo retrovisor.
- "No, no siempre. De hecho solamente los dos últimos años. Mis primero cinco años manejando los gaste la mayor parte del tiempo quejándome igual que el resto de los taxistas. Siempre estaba molesto y conducía el coche como un energúmeno vociferando continuamente. Dios me perdone por ser tan altanero y grosero. Yo de joven trabajé de chofer de una señora que no paraba de hablar y darme indicaciones. Un día, en la calle más transitada y en medio de un tráfico tremendo, le dije a la señora que ya no trabajaría con ella y la dejé en medio de la calle con el auto prendido. Espero que no haya muerto ahí de un infarto. Dios me perdone.
- "Pero un día escuché en el radio los consejos de un sacerdote católico, de nombre Pablo no se qué, hablando sobre el trabajo y de cómo nos podemos hacer santos, cada uno, si lo hacemos muy bien y lo ofrecemos a Dios. ¡Ese día cambió mi vida! ¿Yo santo? Pues sí. Quiero ser santo, a pesar de mis miserias.
- "En ese programa de radio, escuché al Padre Pablo decir que ya no hay que quejarse, que estamos en la vida para servir a los demás, porque Dios nos creó para los otros. El decía: Deja de quejarte. Se diferente a los demás, incluso a los de tu competencia. No seas un pato. Se un águila. Los patos solo hacen ruido y se quejan, las águilas se elevan por encima del grupo y son capaces de ver el sol cara a cara".
- "Esto me llego aquí, ", dijo Andrés, señalando el corazón y luego la cabeza. Gracias a lo que escuché en el radio decidí cambiar mi actitud y ser santo, ser un águila. Miré alrededor a los otros taxis y sus choferes. Los taxis, como el mío, estaban sucios, los choferes, como yo, no eran amigables y los clientes no estaban contentos. Entonces decidí hacer algunos cambios. Uno a la vez. Cuando mis clientes respondieron bien, hice más cambios".
- "Se nota que los cambios te han pagado", le dijo Rafael.
- "Si, seguro que si", le dijo Andrés. "Mi primer año de águila dupliqué mis ingresos con respecto al año anterior. Este año posiblemente lo cuadruplique.”
- “Usted tuvo suerte de tomar mi taxi hoy. Usualmente ya no estoy en las calles buscando pasajeros. Mis clientes hacen reservación a través de mi celular o dejan mensajes en mi contestador. Si yo no puedo servirlos, consigo un amigo taxista, águila confiable, para que haga el servicio".
Andrés era fenomenal. Estaba haciendo el servicio de una limusina en un taxi normal.
Posiblemente haya contado esta historia a mas de cincuenta taxistas, y solamente dos tomaron la idea y la desarrollaron. Cuando voy a sus ciudades, los llamo a ellos. El resto de los taxistas hacen bulla como los patos y me cuentan todas las razones por las que no pueden hacer nada de lo que les sugería. Andrés el taxista, tomo una diferente alternativa.
El decidió dejar de hacer ruido y quejarse como los patos y volar por encima del grupo como las águilas. Y lo más trascendental es que quiere agradar a Dios y ser santo y pone los medios para alcanzarlo.
Yo le llamo ya, San Andrés el taxista.
No importa si trabajas en una oficina, en mantenimiento, eres maestro, un servidor publico,"político", ejecutivo, empleado o profesionista, ¿Cómo te comportas? ¿Te dedicas a hacer ruido y a quejarte? ¿Te estás elevando por encima de los otros? ¿Quieres ser santo o simplemente del montón?
Estás a tiempo de tomar una decisión.
Pero ten en cuenta que es urgente y es demasiado tarde.
Si necesitas un taxi, busca solo los que llevan dentro un águila, de esas que vuela tan alto, tan alto, porque quieren ser santos.
Evidentemente si tu estás volando como gallina de corral es mejor que no tomes ningún taxi… no vas a ninguna parte.

Autor: Pablo Arce Gargollo
Envió: Andrés Arce

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