MÉXICO : ¿RUMBO AL ESTADO FALLIDO?
Escrito por Manuel Velásquez
YO INFLUYO
Nuestra visión de país es bastante pesimista actualmente, los problemas que lo aquejan —especialmente el narcotráfico y la inseguridad— han preocupado a muchas personas. Muchos han tratado de dar una explicación a lo que sucede en las calles de México, especialmente en el norte del país, donde hoy por hoy se libra la guerra más sanguinaria que ha visto esta tierra, sólo después de la Revolución Mexicana.
LAS DOS VISIONES
Dentro de lo mucho que se ha escrito acerca de nuestra situación, existen visiones encontradas y totalmente opuestas. Aquellos que propagan que en México todo está igual que antes de que se iniciara la llamada guerra contra el narco, y que se empeñan en demostrarlo.
También están aquellos que se esfuerzan en dibujar la situación mexicana como si no existiera esperanza alguna. Son quienes insisten en que somos un Estado fallido y que, irremediablemente, no hay poder humano —o sobrehumano— que pueda componer nuestra situación.
Ambos extremos han capitalizado en la prensa y la opinión pública su posición, así como han aprovechado coyunturas y se han valido de posicionamientos de organizaciones para sustentar sus posturas. Sin embargo, muchos de ellos mantienen una visión parcial de los hechos, en la que sólo analizan algún aspecto del narcotráfico, sin detenerse a ver otras posiciones.
En sí, el tema del narcotráfico en México se ha abordado desde muchos flancos, y que, sin embargo, sigue habiendo muchas posibilidades para explorarlo. Pero ese no es el punto que nos atañe.
Al ser un tema tan extenso, se convierte en uno donde hay diversas posturas, pero que—como ya se dijo— que en su gran mayoría, carecen de una visión global.
¿RUMBO AL ESTADO FALLIDO?
Cuando se habla de Estado fallido, se imagina un escenario de caos, guerra civil, impunidad, violencia y la nulidad garantía del respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la definición de éste se da cuando la violencia que detenta el Estado tiene un contrapeso igual o mayor por parte de algún grupo. Así lo define José Antonio Ortega Sánchez, autor de "México: ¿rumbo al Estado fallido?", de editorial Planeta.
En este libro, que tiene menos de 200 páginas, se puede encontrar un análisis detallado de nuestra situación en México. Toca los temas que antes mencionamos: las dos visiones del Estado mexicano, los orígenes del narcotráfico y sus etapas, y macabras cifras con las que refuta a aquellos que dicen que en México no pasa nada.
Este libro seguramente se convertirá en uno de cabecera para los académicos y especialistas en el tema, quienes en un futuro quieran explorar la etapa de la guerra contra el narcotráfico.
Lo cierto es que la obra también está abierta a un público más amplio. Todos aquellos que les interese ver desde una perspectiva amplia y muy analítica el proceso por el cual estamos pasando, debería leerlo.
Sin embargo, el libro no se queda en el mero hecho de hacer un análisis de las cifras y su crítica, sino que también propone, algo que pocos hacen en estos días. Dichas propuestas, aunque son para combatir la situación actual, servirían como estrategias a largo plazo, estrategia que sin duda sanearía a México.
LA VIOLENCIA Y SU ESTUDIO
Mientras vemos cómo la violencia en las calles crece desmesuradamente, y cómo los muertos se convierten en simples números y estadísticas, poco entendemos sobre las causas de ese baño de sangre que vemos en los noticieros y en las fotografías de los rotativos.
Sin embargo, ante esta abrumadora realidad, pocas son las luces que nos pueden aclarar —con una visión global— la situación que vive México. Y en dónde podemos encontrar cifras y datos útiles para comprender y procesar la difícil situación en la que estamos envueltos.
Lo difícil es traducir que, para el 2008, los homicidios en México se habían elevado un 58 por ciento, una cifra que en ningún país de América Latina —excepto Colombia— había alcanzado. Además, en localidades como Ciudad Juárez, también en el 2008, el homicidio se elevaba en un 722 por ciento en un periodo menor a 10 años.
Lo difícil es traducir que en, 2005, había en México alrededor de mil 776 narcoejecuciones, la cifra que para 2009 se elevaba a 9 mil 635.
Estas cifras no servirían de mucho, más que para lamentarnos y alarmarnos si no se les toma en el contexto adecuado.
LOS DOS CAMINOS
José Antonio Ortega deja muy clara la responsabilidad que tiene el gobierno federal, las pasadas administraciones y la actual, del grave problema por el que estamos atravesando.
Diría un dicho popular que el autor "no deja títere sin cabeza". Sin embargo, no nos cierra la puerta de la esperanza para días menos aciagos y nos muestra como ejemplo la situación actual de Colombia, país que, ante un problema similar, gracias a gobernantes que supieron cómo manejar la situación del país sudamericano, pudo salir del espiral de violencia en la que se veía envuelto.
A nosotros los mexicanos nos quedan dos caminos. Uno, en el que al final sólo existe un callejón sin salida, en el que los grupos de la delincuencia organizada terminan por imponer su ley frente a un Estado debilitado, y otro donde un futuro mejor nos espera, en el que el Estado logra hacer valer la justicia. Lo que debemos hacer, según José Antonio Ortega, es escoger cuál es el que queremos recorrer.
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