EL RUIDO DE LA MUERTE

Desaparece" colonia de La Antigua tras el impacto de Karl

miércoles 22 de septiembre, 07:54 PM

* Desconocemos la suerte de habitantes del lugar: policía municipal

 

Por Arturo Ángel Mendieta. Enviado

La Antigua, Ver., 22 Sep. (Notimex).- La colonia El Cascajal de este municipio veracruzano, ubicada a un costado del caudal del río La Antigua, "desapareció" tras el doble impacto de los vientos y el golpe de agua que trajo consigo el huracán Karl, sin que se conozca el número de víctimas.

En esa colonia popular, hogar de decenas de familias ribereñas que se dedicaban principalmente a la ganadería, la pesca y el comercio, se ubicaban también dos pistas dedicadas a la práctica informal de la equitación.

Hoy todo eso es un recuerdo después de que la corriente de agua proveniente del río desbordado cubrió más de 80 por ciento de la colonia, se llevó estructuras completas de casas y dejó una estela de destrucción similar a la de un tornado.

En lo que antes eran calles, que han perdido sus límites, yacen restos de paredes, toneladas de lodo que ya se ha secado, zapatos, muebles, camas, ropa, juguetes, papeles, automóviles destruidos, centenares de árboles con las raíces al aire y múltiples objetos ya irreconocibles.

Debido a su dimensión, las cabinas y cajas de tráileres de carga sobresalen entre la destrucción, aunque todos ellos volcados o de cabeza, e incluso "abrazados" en las estructuras derruidas de lo que fueron viviendas.

A este panorama de desolación se le suma la casi inexistente presencia de personas, sin que se conozca de momento si los moradores de la colonia lograron salir, si se encuentran en algún albergue, si quedaron sepultadas de bajo del lodo o si el río se las llevó consigo.

"Todo pasó muy rápido, vino el golpe del agua la madrugada del sábado, algunos nos escondimos en una escuela y casi nos ahogamos ahí; luego nos fuimos, pero hubo gente que se quedó en sus casas y quién sabe qué fue de ellos", relató un vecino de nombre Fausto.

La pestilencia que dejó la inundación ha impregnado la zona devastada, favorecida por los restos de algunos cerdos, aves o perros que murieron ahogados.

Es escasa la presencia de autoridades o brigadas de asistencia en la zona, en comparación con colonias de otros municipios, tal vez porque aquí prácticamente no queda persona alguna que solicite apoyo o simplemente no hay a quién rescatar.

"Es mucho por hacer y a la vez no se puede hacer nada. Esperamos que la gente haya escapado pero desconocemos cuál fue la suerte de las familias; habrá que esperar a que la maquinaria comience a quitar las toneladas de lodo y ver qué aparece", dijo un policía municipal que sirvió de guía en el recorrido.

El sonido de un helicóptero de la Secretaría de Marina que sobrevuela la zona es el único estruendo que interrumpe la quietud de El Cascajal, donde no se escucha ni se siente nada... o por el contrario, aún "se escucha y se siente todo". Como lo señala Fausto: "es el ruido de la muerte".

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