PERDIMOS UNA BATALLA, PERO NO LA GUERRA
Perdimos una batalla, pero no la guerra
Nelly Olivos
nelly24olivos@yahoo.com.mx
* Autora de Camisas azules, manos negras * Documenta actos de corrupción en Pemex * Calderón, Mouriño y Nava, entre los involucrados * La Cámara de Diputados investigará el caso * Ana Lilia Pérez, protegida por la CNDH * Jesús Alonso Zaragoza López se amparó contra una recomendación de ésta * Los procesos, “bofetada del Poder Judicial a la libertad de expresión” * “Irregulares”, dice la CNDH * Asaltan las oficinas de Contralínea y Fortuna para robar los documentos del libro
Los trabajadores de Contralínea se llevaron la desagradable sorpresa, el 12 de abril, de que las instalaciones de la revista habían sido allanadas durante el fin de semana. El recuento del robo demuestra que no se trató de un delito común, ya que los delincuentes sustrajeron equipo de cómputo, celulares, chequeras y diversos objetos de valor, actas constitutivas e información contable de la empresa, así como expedientes confidenciales de investigaciones periodísticas que maneja la publicación.
Fórum platicó con Ana Lilia Pérez, reportera de Contralínea desde hace más de siete años, de esta nueva agresión, de su más reciente libro Camisas azules, manos negras, y de todo el acoso judicial que ha vivido tras denunciar actos de corrupción en la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Uno ve todos los días, en la prensa mexicana, escándalos que en otros países harían renunciar a gabinetes enteros y que sirven como empuje a la aplicación de la ley. En México no ocurre así. No recuerdo ninguno de los escándalos periodísticos que haya tenido un impacto positivo, ni que se destituya a los funcionarios, de que se aplique la ley, al contrario lo que he visto son las agresiones directas para los periodistas”, dice decepcionada la reportera.
Estás protegida por medidas cautelares por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ¿estas acciones han afectado tu trabajo periodístico de alguna forma?
—Tuve que permanecer un tiempo con guardaespaldas armados, policías, y claro que te afecta porque no es lo normal. El periodista no puede hacer su trabajo con alguien cuidándole las espaldas, porque tampoco sabes si ese alguien es quien te va a exponer más. En mi caso las agresiones vienen de grupos empresariales muy fuertes, económicamente, y con mucha influencia en la Presidencia de la República, estoy consciente de que he tocado intereses de gente muy cercana al presidente (Felipe) Calderón y que a partir de ahí vienen todos estos agravios y el hecho de que debas traer guardaespaldas no te libera de una posible agresión.
“No hay un protocolo real de seguridad para los periodistas, los expertos en estos protocolos te dicen que lo primero que debes hacer es evitar el factor de agresión, en mi caso el factor de agresión son las publicaciones periodísticas, lo que significa que para evitar estas agresiones tendría que dejar de escribir; lo cual decidí no hacer, así que no hay un protocolo de seguridad que valga. Los periodistas no podemos estar con guardaespaldas, tampoco podemos estar blindados porque el factor de riesgo es el trabajo periodístico”, explica.
El empresario Jesús Alonso Zaragoza López, presidente del Consejo de Administración de Grupo Zeta, interpuso una demanda contra las revistas Contralínea y Fortuna, así como a los periodistas Ana Lilia Pérez y Miguel Badillo. La resolución del juez 44 de lo Civil, José Manuel Pérez León, determina que aunque el empresario reconoce haber dado una entrevista a la reportera, no le autoriza el publicarla.
En primera instancia esta conclusión suena ridícula, ¿cómo tomaste esta determinación del juez?
—Cuando estás ante una demanda judicial esperas el desarrollo de un proceso normal y que cada uno presente sus testigos, etcétera, en este caso no fue así, nunca. Desde la primera audiencia que tuvimos con los abogados de este señor hubo una amenaza directa de los abogados: iban a desaparecerme, desaparecerían a mi director y al medio de comunicación. Cuando lo que viene son las amenazas, tú sabes que no va a hacer una guerra limpia, digamos, no hay igualdad de condiciones. Con todo el clima que había de acoso, de agresiones, de allanamientos a la revista con policías y guardaespaldas armados, pues como que ya sabía de antemano que iban a condenarme; más porque el juez era tendencioso y era abierta su postura para favorecer a este empresario.
“Cuando emiten una sentencia de esta naturaleza lo que me asombra es que la ajustaron a la denuncia que había presentado el señor, es decir, fue más allá de lo que el mismo Jesús Zaragoza demandaba; lo cual nos habla también de un nivel de corrupción grande. Claro, que te da risa este tipo de argumentos porque además son principios básicos del ejercicio profesional: te reúnes con una fuente, le pides una entrevista y sabes que se va a publicar. El señor nunca niega haberme dado la entrevista, pero lo que hace este tipo de argumentos es confirmar que hubo corrupción en esos procesos, que el juez en su afán de favorecer al empresario fue más allá y hubo muchos excesos”, señala Ana Lilia Pérez.
Además resalta el hecho de que las nuevas denuncias que se abrieron en su contra por el mismo asunto, violan el principio de que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito: “El señor me amenazó con presentar 80 demandas contra mi, lo que significa que seré juzgada 80 veces por el mismo delito. Lo sorprendente es que aun cuando la ley no considera esta posibilidad, de que alguien se le juzgue dos veces por el mismo asunto, los jueces de diferentes juzgados y de diferentes entidades del país han dado curso a las demandas que él ha presentado. No dejan de sorprenderte estos argumentos de los jueces, de los encargados de la procuración de justicia, pero conoces de la corrupción porque escribes todos los días de eso, así que a mí no me sorprende lo que ha pasado. Sí te indigna y sí es como una bofetada del Poder Judicial a la libertad de expresión, porque entonces significa que todos los periodistas estamos a capricho de quien quiera demandarnos y de los jueces que se presten a este tipo de sentencias, que para cualquier periodista es algo irrisorio el hecho de que el juez considere que tú no tenías derecho a publicar una entrevista que se te concedió como periodista.
¿Ya se cumplió con la sentencia de censurar los trabajos periodísticos originados por la entrevista del empresario Jesús Zaragoza del sitio de internet de Contralínea?
—Con numerosas irregularidades que se registraron a lo largo de todo el proceso, perdimos todos los amparos y se obligó a Contralínea a que bajara de su portal toda la información alusiva a esas entrevistas, que me concedió Jesús Zaragoza López, lo cual se hizo en el momento en que se requirió; nosotros en ningún momento hemos entrado ni en rebeldía, ni hemos sido irrespetuosos de la ley, a pesar de la conducta que han tenido los jueces y a pesar de todas estas irregularidades en los procesos. Nosotros hemos cumplido a cabalidad con la ley y hemos respondido en tiempo y forma a todos los procesos.
¿Cuáles fueron tus sentimientos al aceptar esta resolución del juez al borrar la información?
—Sientes mucha rabia porque además te están obligando a que borres información que es de interés público, estamos hablando de negocios irregulares de este empresario con Pemex, en los cuales está directamente involucrado el presidente Felipe Calderón.
Debido a las amenazas de muerte, acoso y vigilancia contra Ana Lilia Pérez se presenta una queja ante la CNDH, instancia que acredita el acoso y lo irregular de los procesos judiciales en cuestión, por lo que emite la resolución 57/2009. En palabras de la reportera dicha resolución “es una manera de dignificar el trabajo que hace este medio de comunicación porque nos obligan a quitar información, pero nosotros podemos demostrar que es una información veraz, de interés público y que seguimos en la defensa no sólo de esta información sino de la libertad de expresión”.
La recomendación de la CNDH fue criticada por la tardanza con que llegó cuando el tiempo pasó…
—Y con el tiempo que sigue pasando. A parte de que se emite la recomendación, Jesús Zaragoza como particular se ampara contra la CNDH. Es la primera vez, en la historia de la CNDH, que alguien busca ampararse contra una recomendación. Actualmente, la CNDH y Jesús Zaragoza libran una batalla legal en un juzgado de Guadalajara. Creo que la recomendación de la CNDH, aun con el tiempo que les llevó a ellos integrar esta investigación para acreditar todo el acoso, para nosotros es algo positivo porque es un asunto que no termina, llevamos más de tres años en esta situación que tiende a agravarse porque se han violentado las reacciones y al intentar ampararse contra la CNDH te da una idea de las pretensiones de estos corporativos.
“Me parece que la CNDH todavía tiene mucho trabajo que hacer en nuestro caso; primero, dejar claro su papel como autoridad y no permitir estas pretensiones de que un particular quiera ampararse contra sus resoluciones, pero sobre todo está la etapa de seguimiento que debe dar la comisión a estos asuntos. Nosotros estamos bajo medidas cautelares de la CNDH y de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y con todo esto sufrimos este nuevo allanamiento y robo, lo que significa una prueba de fuego para ambas comisiones y saber qué van a hacer en el asunto,” afirma nuestra entrevistada.
Las manos negras del PAN
Ana Lilia Pérez nos comenta que con anterioridad ya ha enfrentado el veto oficial en diversas dependencias gubernamentales; sin embargo se ha especializado en obtener información en otras fuentes y nos habla de su reciente libro Camisas azules, manos negras; donde mucha gente, incluso del mismo Partido Acción Nacional (PAN), le dio información.
“La recepción que tuvo entre los lectores, desde el momento de aparecer, rebasó por mucho las expectativas que tenía como autora. Me parece que el tema de la corrupción que hay en Pemex, que es donde se centra la investigación y se extiende a las diversas áreas de gobierno, le interesa a mucha gente que está muy sensible a estos temas, no sólo de los sectores políticos, ya que ha tenido lectores de todo tipo, de todos los estratos sociales, militantes incluso del mismo PAN,” comenta.
“En cuanto a un posible proceso judicial que pudiera derivar del libro, no es mi intención. La intención como periodista, y como autora de un libro de carácter periodístico, es poner la información al alcance de cualquier lector. Los periodistas no somos ministerios públicos, ni somos jueces, eso compete a las autoridades: indagar sobre el asunto. Ojalá que procedieran en investigaciones y más aún que se aplicara la ley a los funcionarios de quienes el libro documenta actos de corrupción muy graves porque, además, son actos de corrupción en contra de toda la población ya que estamos hablando de dinero público”, señala la reportera de Contralínea.
Algo positivo de las denuncias plasmadas en el libro Camisas azules, manos negras es que en la Cámara de Diputados se emitió un punto de acuerdo para que se forme una comisión especial que investigará la información que se documenta en la publicación
El libro maneja nombres muy importantes: César Nava, Juan Camilo Mouriño y relaciones de negocios poco claras, ¿cuál ha sido la respuesta de los personajes que aparecen en tu investigación?
—César Nava comentó que no iba a hablar más del asunto. Hubo algunas respuestas aisladas. En realidad fue la gente del mismo PAN la que hizo un señalamiento al presidente Calderón y a César Nava que deberían salir a responder por esta información. En algunos estados los dirigentes del PAN opinaron acerca de la información que contenía el libro, tratando de lavarles la cara a los funcionarios de los que ahí se habla. Hubo muchos medios de comunicación que, a partir de que salió el libro, me entrevistaban a mí o retomaban parte del libro y los buscaban a ellos para que dieran alguna respuesta, ninguno de los funcionarios que están ahí señalados se atrevió a dar la cara o a desmentir alguna línea de lo que en el libro está documentado.
“Hablamos de la falta de respuesta oficial a este tipo de investigaciones; sin embargo, la primera reacción que tenemos, aquí en la revista, es este asalto a nuestras instalaciones. Justamente, lo que se extrae de mi escritorio son los documentos que forman parte de la investigación del libro. Las respuestas vienen de nuevo como agresiones a la libertad de expresión y como actos vandálicos, pero vándalos que lo que vienen a robar son documentos y expedientes periodísticos. La siguiente respuesta puede ser cualquier tipo de agresión”, concluye de forma valiente y decisiva Ana Lilia Pérez.
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