LA NAÚTICA EN GUAYMAS PRESENTACION DEL LIBRO
La Náutica en Guaymas
Por Eduardo García Guerrero
El sábado primero de mayo se presentó por tercera ocasión el libro Escuela Náutica de Mazatlán “Una lucha contra el viento”, ahora teniendo como escenario el bello restaurante “Club Náutico” de la Marina Singlar en Guaymas, Sonora, puerto donde radica un fuerte grupo de egresados de nuestra escuela. La presentación se desarrolló dentro del marco de los eventos del Vigésimo Tercer encuentro softbolístico Mazatlán-Guaymas. El Colegio de Marinos de Sonora fue el magnífico anfitrión que atendió a los invitados foráneos. Cabe decir que en esta ocasión fue un grupo bastante reducido pues no asistió el equipo retador de Mazatlán, por causas que hasta la fecha no han sido debidamente aclaradas y permanecen en el oscuro rincón de la chismografía náutica.
Con la debida anticipación fuimos invitados por el Presidente del Colegio, el Capitán Octavio Valle Chávez y por el Ing. Martín García Sotelo, a quien acertadamente ha bautizado el Ing. Carlos Rodríguez Naya como “El Embajador de la Náutica de Mazatlán”, pues últimamente este inquieto compañero se ha involucrado en todos los sucesos importantes de nuestra Alma Mater, empujando con su carisma y su afán de servicio, tantos eventos como existan dentro del ámbito de la Escuela Náutica de Mazatlán. Ya sea desde su exitosa página en internet -Que por buen nombre lleva el de Buena mar- o con correos masivos, nos estimula a todos a participar en estos eventos tan importantes para avivar la hermandad entre egresados.
El viernes 30 de Abril llegamos a Hermosillo desde Baja California; Ramón Palomera, Carlos Ibarra Pérez, Carlos Rodríguez Naya y el que esto escribe. Ese mismo día nos trasladamos a Guaymas.
El primer evento programado era un coctel rompe-hielo en las terrazas del “Club Náutico” teniendo de frente la estupenda vista de la bahía de Guaymas que, en la actualidad luce limpia y radiante, encuadrada por el malecón recientemente construido. Ahí nos dio la bienvenida desde temprana hora, el Ing. José Luis Castro Ibarra, el director de la API de Guaymas, que patrocinó gran parte de los eventos y se portó como un anfitrión de altura, haciéndonos sentir como en casa. Es necesario hacer mención, para los que no lo conozcan, que el Ing. Castro Ibarra es egresado de nuestra Escuela y que a través de su magnífico desempeño en tan alto puesto, se ha convertido en un orgullo para la institución que lo vio nacer a su vida profesional.
Dando la bienvenida a los visitantes Francisco García, Carlos Ibarra y Magali Romano
Durante este primer evento nos enteramos que no asistiría el equipo de Softball de egresados residentes en Mazatlán, por causas –aparentemente- de carácter económico (Aunque los guaymenses dicen que fue por otros motivos...Ustedes se imaginarán cuáles). También nos enteramos que estaba por llegar, desde Mazatlán, un automóvil conducido por el Director de nuestra Escuela, el Ing. Eugenio Soler Osuna y donde también viajaban su prometida y los Capitanes Adrián Osuna y Tomás Ramírez García, quienes, cumpliendo como buenos marinos con su ETA, arribaron puntuales al lugar, entre grandes muestras de cariño de los que estábamos presentes.
El arribo de Eugenio al lugar Tomás Ramírez, Miguel A. Gómez, Adrián Osuna y Carlos Naya
Grupo de alegres asistentes Disfrutando el reencuentro
Fue una magnífica noche de reencuentros y preparación de los eventos que estaban propuestos para la jornada posterior. Tuve oportunidad de platicar con el Ing. Ramón Palomera, el presidente del Colegio de Marinos de Ensenada y volví a sentir el magnífico sabor de boca que me quedó tras la presentación del libro en ese bello puerto, evento del cual ya les mandamos un reportaje.
Martín García invitó a la periodista Magali Romano a filmar un reportaje de la presentación del libro y, esa tarde, cerramos con ella algunas ideas y preparamos entre todos el programa del día siguiente. Desde la primera entrevista que Magali nos hizo a Francisco García y a mí en Hermosillo, antes de los festejos de los 130 años de la Escuela (La pueden ver en Buenamar) Se estableció un vínculo de afinidad con ella, hacia el tema marítimo en general y el de la Escuela Náutica de Mazatlán en particular. Magali, aparte de ser una mujer con belleza interior y exterior, dirige un magnífico programa cultural en TELEMAX llamado Paralelo 28 donde promueve con mucha elegancia y buen gusto, la difusión de la cultura a todo el espacio electrónico donde tiene presencia este importante canal sonorense.
La mayoría de los asistentes nos retiramos temprano, para descansar adecuadamente y poder cumplir al otro día con la pesada agenda de eventos que arrancaban a las 08:00 hrs. con el desayuno donde se haría la presentación del libro, además de un importante reconocimiento a dos marinos que, hasta que se diera el momento, no sabríamos quiénes eran.
Dando los últimos toques Con el presentador del libro; El Ing. Jorge Enríquez
Temprano a la mañana siguiente, nos dimos cita en el “Club Náutico” para ultimar detalles del evento. Ahí conocí en persona al Ing. Jorge Enríquez Araujo quien, en su calidad de presidente de la Asociación Guaymense de historia, sería el encargado de presentar el libro. El ingeniero es un hombre joven dedicado a la docencia y al estudio de la historia regional, de la cual es un apasionado. La magnífica impresión que me causó en nuestras conversaciones telefónicas y por correo electrónico, se vio confirmada al tratarlo en persona. Magali Romano llegó puntual con su camarógrafo y, conjuntamente con Octavio Valle, dieron los últimos toques al programa y a la lista de personalidades asistentes.
Las palabras con que Magali abrió el programa parecían escritas por el mismo Pablo Neruda. Ahí quedamos convencidos de que esta bella periodista le tomó de verdad cariño al tema marino, pues se lució con su mensaje de apertura.
Octavio valle fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes y ahí recibimos otra sorpresa, pues este joven Capitán habló con bastante soltura y coerción, lo que nos dice que ha aprovechado la experiencia ganada en la dirección del Colegio de Marinos de Sonora.
No es de mi interés extenderme en los pormenores de la presentación, baste decir que el Ingeniero Enríquez hizo una radiografía muy precisa del contenido del libro y sobre todo del gran logro de contar con este documento gráfico que conserva para la posteridad la historia de una de las instituciones más importantes de América. Posteriormente Buenamar subirá a la red el programa de TV donde aparece la presentación del libro y varias entrevistas con algunos de los asistentes, ahí podrán ustedes ver tanto, cuanto les interese saber de ello.
Aspecto de la mesa de honor Los asistentes, con la magnífica decoración marina al fondo.
Terminado el acto de la presentación, se dio paso a la entrega de reconocimientos a dos marinos avecindados en Sonora, quienes por su trayectoria profesional se hicieron acreedores a esta distinción. El primero al que se entregó el documento fue Florentino Toledo, marino de oficio engrasador, quien a través de toda una vida en el mar capturó una mancha de amigos que ese día le reconocieron su entrega y profesionalismo.
El segundo homenajeado era ni más ni menos que el Ing. Francisco García García, Manzanillense arraigado en Hermosillo, quien se ha desempeñado durante largos años como profesor e investigador en el Tecnológico de Sonora, donde ha cosechado logros suficientes como para inscribirlo en la lista de honor de los egresados de la Escuela Náutica de Mazatlán.
Su compañero de generación, el Ing. Carlos Ibarra Pérez, quien hizo viaje especial desde San Diego, para estar presente en este acto, fue el encargado de leer el mensaje de felicitación. Sus palabras, salidas desde la profundidad de ese cálido sentimiento de hermandad que une a los egresados de nuestra Escuela, nos llegaron a todos al alma. Carlos habló de la destacada carrera profesional que Francisco ha hecho, tanto en los barcos como a su paso por CFE, donde escaló puestos desde ser un sencillo ingeniero de guardia hasta llegar a superintendente regional. Ahora se desempeña como catedrático en el Tecnológico, donde comparte sus conocimientos con alumnos de todo Sonora.
Autoridades asistentes. El Ing. Enríquez desarrollando la presentación.
El mismo Carlos Ibarra fue el encargado de entregarle a Francisco su reconocimiento, a nombre del Colegio de Marinos de Sonora y de todos sus amigos y compañeros presentes. A continuación, el director de la Escuela Náutica de Mazatlán, Ing. Eugenio Soler, le entregó otro reconocimiento de parte de la institución. Una bella medalla alusiva, que fue mandada a hacer especialmente para la ocasión por el Capitán Francisco Tomás Ramírez García, también le fue impuesta a Francisco por el Capitán Valle Chávez.
Florentino “El Borrego” Toledo
Carlos Ibarra entregando reconocimiento Eugenio Soler dirigiendo un mensaje a Francisco
El homenajeado Francisco García con su familia Recibiendo su medalla
Terminado el acto de entrega de reconocimientos y de forma casi espontánea, los asistentes empezamos a cantar “La bella Lola”, magistralmente dirigidos por Tony Flores. Debo decirles que todos nos emocionamos bastante y que eso se convirtió en el broche de oro con el cual terminó el evento.
Tuve oportunidad de platicar con el Comandante de la Cuarta Región Naval, el Vicealmirante Eduardo Villa Valenzuela, quien es una persona de lo más cordial y sencilla a pesar del alto puesto que tiene. El Vicealmirante me comentó que el gran cariño que le tiene a la Náutica de Mazatlán es debido a la gran cantidad de parientes y paisanos de Manzanillo que son egresados de nuestra escuela, empezando por alguien a quien yo tengo en gran estima, el Capitán Efraín Camargo Villa, práctico de puerto de Ensenada, quien es su primo.
También estuvo presente el Capitán de puerto de Guaymas, José Heriberto Santos Salinas, quien concedió una entrevista a Magali Romano, donde hizo una atinada descripción de las funciones de la Capitanía de puerto.
Terminado el evento nos fuimos todos a cambiar de ropa ya que la mayoría asistimos con uniforme internacional. La siguiente cita era a las 11:00 AM en un campo de beisbol donde se desarrollaría el juego tradicional. Como el equipo de Mazatlán no asistió, se tuvieron que armar dos novenas, una de maquinistas y otra de cubierteros. Trataré con todas mis fuerzas de ser imparcial al narrarles el evento aunque mi corazoncito maquinista me jale a la querencia. En honor a la verdad debo decirles que ambos equipos sacaron la casta y se comportaron como verdaderos campeones, dejándose la piel en el campo de juego. El Ampayita –a pesar de su filiación maquinista- se comportó con pundonor, elegancia e imparcialidad a toda prueba. No les diré como quedó el marcador al terminar el juego pues eso fue lo menos relevante.
Las carreras y los errores nos sirvieron a todos para pasar un rato de lo más agradable. Como alguno de los compañeros lo comentó después: El verdadero marcador final fue de CERO para la apatía y DIEZ para la hermandad náutica.
El fabuloso Umpire
Terminado el juego y después de la entrega del trofeo y las consabidas fotos de los equipos y sus porras, nos dirigimos en tropel a un jardín de fiestas donde los guaymenses nos agasajaron con una regia comida rociada abundantemente con cerveza y amenizada por las voces de Tony Flores y Miguel Ángel Gómez Gómez. Fue una tarde y una noche dignas de ser recordadas, de ésas que le dejan a uno la batería cargada para aguantar otra temporadita de trabajo.
Todavía a la mañana siguiente nos faltaba una invitación. Nuestro buen amigo, el Capitán Francisco Tomás Ramírez García, nos invitó a un bello ranchito en San José de Guaymas, para degustar un rico desayuno a base de menudo y chilaquiles con pollo. El nombre del rancho no podía ser más marinero, se llama “La barca de Guaymas” y ahí Lupito, el dueño, nos atendió a cuerpo de rey.
En “La barca de Guaymas” Miguel A. Gómez, Martín García, Los dos Carlos; Ibarra y Naya, Adrian Osuna y
Carlos Naya, Fco. Javier Garibay y Eduardo García. Florentino Toledo alias “El Borrego”
Terminando el desayuno nos devolvimos al hotel donde nos esperaba una van que nos trasladaría al aeropuerto de Hermosillo, última cortesía del Ing. José Luis Castro Ibarra, quien de esta manera nos atendió hasta nuestro último momento en tierras sonorenses. La despedida en el hotel “Armida” fue emotiva y todos los visitantes nos prometimos regresar el año entrante.
La despedida en el hotel “Armida” El abrazo en el aeropuerto de Hermosillo.
En el aeropuerto de Hermosillo nos despedimos los visitantes, confirmando nuestro propósito de reencontrarnos este 28 de mayo en Ciudad del Carmen, Campeche, donde el Colegio de marinos local y su presidente, el Capitán Carlos Merino, ya están organizando la cuarta presentación.
¡HASTA PRONTO COMPAÑEROS!
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