EN XALAPA HABLEMOS EN SERIO

URIEL FLORES AGUAYO

Aunque parezca descabellado y se rompa con la tradición circense debemos intentar hablar en serio sobre Xalapa. El relevo en su presidencia municipal es una buena oportunidad, más allá de las exageraciones y la desgarradura de vestiduras, para que se reconozcan sus problemas y se busquen soluciones; pero en serio. Un gran avance sería fijar la agenda municipal de Xalapa, ubicando prioridades y dándole centralidad a los grandes temas que implica un municipio y una ciudad del tamaño, la importancia y la historia de la llamada “Atenas Veracruzana”.

Hablar en serio es una aspiración y una necesidad porque casi nada se toma de esa manera: ni la trayectoria de ciertos aspirantes, ni las fundaciones “patito”, ni los apoyos clientelares y borreguiles a un proyecto invisible, ni los empresarios de fachada, ni las propuestas vagas y rolleras; nada de eso es serio aunque se nos quiera presentar como novedoso y hasta con solemnidad.

Cuando hablo de clientelas abarco al pobre y al rico, al colono y al “empresario”, ya que en el fondo la condición política es la misma; ambos le dan forma a una ciudad clientelar. Los más visibles empresarios muestran una pobreza cívica y democrática que explica, en mucho, la falta de iniciativas y de reactivación económica en nuestra ciudad. Para avanzar Xalapa debe superar su condición clientelar. No hay proyecto nuevo si lo que se pretende es reproducir y perpetuar esa condición.

No se si Xalapa quiera hablar en serio, puede ser que no, puede ser que pesen más las costumbres y los intereses y siga en un nivel conformista y apático. Sin embargo, es un deber intentarlo, no cruzarse de brazos ante las faramallas del estancamiento y la repetición patética de modos de control y frivolidad en el gobierno municipal.

Es muy difícil esperar algo novedoso desde el Partido Acción Nacional dado sus antecedentes de entreguismo, pasividad y carencia de compromisos ciudadanos y democráticos. Todavía menos se puede esperar algo mínimo de los políticos tradicionales y los comerciantes de la política que cambian de color cual mudanza de calcetines y que exhiben una carencia absoluta de visión social y proyecto alternativo; esos que andan en la política por la política misma o por los negocios no merecen ningún voto ni la confianza del electorado.

Se puede decir que Xalapa se ha gobernado desde hace varios trienios un poco por inercia y otro tanto a la ligera, hasta en broma. Al carecerse de profesionalismo, planeación y compromiso democrático el municipio se ha ido rezagando en todos los sentidos hasta convertirse, excepto en dos o tres puentes, en un “pueblote” casi sin ley y sin grandes aspiraciones.

En Xalapa para ser serios hay que hablar de los temas sociales, de la ciudadanía, de la democracia, de la sustentabilidad, de la calidad de vida, de su medio ambiente, de su riqueza y potencial cultural, de su visión metropolitana, de su desarrollo social, de su solidaridad, de su tolerancia, de sus políticas y programas sociales, de su apego a la ley, del cuidado de los espacios públicos, de sus niños y sus jóvenes, de su deporte, del abasto de agua, del tratamiento de sus desechos, en fin, de un proyecto serio para un municipio serio donde la inmensa mayoría de sus habitantes son ciudadanos serios.

Recadito: Mucho cuidado con los políticos tradicionales y los comerciantes de la política.

Xalapa-Equez., Ver., a 07 de mayo de 2010

Uriel Flores Aguayo

www.urielflores.org.mx

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