¡que renuncie calderón!

¡Que renuncie Calderón!

La presidencia de Felipe Calderón, la del “haiga sido como haiga sido”, trajo para nuestro país una abismal polarización política, además hizo realidad todos los aspectos negativos que se le atribuían al candidato de la izquierda, AMLO, a quien se presentó de manera dolosa e irresponsable como “un peligro para México”. La presidencia de Calderón, que se puede considerar fallida y prácticamente liquidada a la mitad de su periodo sexenal, se ahogó en el México desigual de siempre, un país injusto y de profundos contrastes.

La alternancia ocurrida a nivel federal solo fue de forma, no trajo más democracia ni transformaciones en el sistema de privilegios que ahorca a la sociedad mexicana. Fue un trueque de siglas, los que llegaron vinieron a disfrutar del poder y renunciaron a toda alternativa de cambio; es más, se olvidaron de sus ideas, renunciando a sus convicciones y a lo nuevo. Las barbaridades de Vicente Fox y su señora tienen como corolario el funcionamiento del llamado centro Fox, sostenido con aportaciones empresariales, desde donde se pretende la investigación de temas sociales, entre otros; lo cual viene a ser una muestra de humor negro.

Verborrea aparte, no se ve que tengamos un proyecto nacional, es decir, la conjunción  de esfuerzos, visiones e intereses orientados a propósitos comunes. El PRI quiere regresar a la presidencia de la república porque si, un poco por revancha y otro tanto por inercia; el PAN quisiera mantenerse en el poder pero a obtenido resultados tan desastrosos que, desde ahora, se puede ir despidiendo de él; el PRD oscila entre un radicalismo verbal, tan ineficaz como de vedettismo, y una supuesta modernidad en un medio primitivo; se conforma con gozar de las mieles de parlamentarismo y termina siendo una oposición ornamental.

Calderón, ilegítimo y gris,  ya no juega a nada para el bien de México, no es factor de acuerdos ni de transformaciones. Poco a poco queda reducido a una persona que tiene un cargo importante pero que no alcanza esa jerarquía. Las elecciones del año pasado redujeron su ya de por sí maltrecho margen de maniobra, quedando en calidad de rehén o de ornato en “los pinos”.

Es tan irrelevante la presencia y el peso de Calderón en nuestro país que sus últimas vacaciones, las de fin de año pasado, fueron imperceptibles para la inmensa mayoría de los mexicanos; casi nadie supo que no estaba y cuando regresó, igual, casi nadie se dio cuenta; lo peor de todo es que al retomar un “trabajo” que consiste, básicamente, en emitir uno o dos discursos por día, dio un mensaje tan intranscendente que, a estas fechas, prácticamente nadie se acuerda de lo que dijo.

Coincidiendo con el inicio del 2010 en el Distrito Federal aparecieron unas mantas en las que le piden la renuncia a Calderón; tales expresiones pudieron haber ocurrido en cualquier momento debido a lo agraviante de la forma en que llegó a la silla presidencial, sobretodo en los álgidos días post-electorales del 2006; sin embargo, aunque se piense no se dice, porque cada planteamiento debe tener un mínimo de base dinámica y de contexto. Lo nuevo del caso es que se da en un momento en que crece el repudio a un gobierno simbolizado por Calderón, a quien todo mundo le atribuye el desastre económico, político, social y moral de nuestro país. No se trata, por lo tanto, de una ocurrencia, es una consigna que se puede generalizar, que se va a repetir en todos los rincones de nuestro país; no es descabellado esperar que, en los próximos meses, desde la movilización social, la tribuna parlamentaria y la opinión pública se extienda la demanda de renuncia de Felipe Calderón. Con esa presión, con esa sombra y con esa herida política van a deambular Calderón y su partido en las próximas elecciones locales y en el relevo presidencial del 2012, cuando se espera la reacción social a todos los sufrimientos de estos años.

Puede ser un sueño o un buen deseo pero Calderón nos daría una gran lección si presentara su renuncia, si  reconociera que no pudo con el cargo y que, con su ausencia, dejaría de ser el verdadero peligro para México.

Recadito: Del árbol a la plaza Lerdo, marcha contra la carestía de la vida, martes 19, a las 10:00 horas.

Xalapa-Equez., Ver., a 15 de enero de 2010.

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