EBRARD Y GDF ¿PORQUE SE PROMUEVE LA CAUSA HOMOSEXUAL?

La legislación aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en la que se equiparan con los matrimonios a las relaciones homosexuales sigue despertando muchas dudas. Lo cierto es que esta nueva ley deja más preguntas que respuestas para muchos ciudadanos, sin hablar, claro está, del rechazo generalizado de la sociedad mexicana a estas prácticas. ¿Cuál es la intención detrás de la aprobación de los mal llamados “matrimonios” homosexuales? ¿Por qué los asambleístas del PRD y de otros partidos se apuraron a pasar esta ley sin discusión y haciendo valer su mayoría? ¿Por qué el gobierno de Marcelo Ebrard se empeña en apoyar esta visión francamente particularista? ¿Por qué Ebrard y el PRD gobiernan desde su visión y preferencia ideológica? ¿Marcelo Ebrard se dejó presionar por los activistas homosexuales? No lo sabemos, sin embargo es un hecho que esa presión existía. Agencias de noticias dirigidas a homosexuales consignaron que desde febrero pasado algunos promotores del homosexualismo pidieron públicamente a Ebrard que fuera congruente, que promoviera políticas públicas que beneficiaran a homosexuales. ¿Congruencia con qué? ¿Con su discurso? ¿Con su postura pública? ¿Con su ideología? ¿Por qué los homosexuales pedían a Ebrard que fuera “congruente”? ¿Por qué el Gobierno del Distrito Federal “salió del clóset”? De repente, todo era para “ayudar” a los homosexuales. Tolerancia, pedía Leticia Bonifaz, Consejera Jurídica del gobierno local. Incluso, llamó a la Iglesia Católica a “dejar de lado el encono” por el bien de la ciudad y de los ciudadanos. El Estado laico está en la conciencia de todos los mexicanos, dijo. ¿Por qué el Gobierno del Distrito Federal está empeñado en la promoción del turismo homosexual? Las políticas públicas implementadas a partir de esto no tienen otro fondo más que el económico. No hay un valor ético detrás de las políticas, sino meramente monetario. De otro modo, ¿por qué el GDF sí promueve programas y planes turísticos para parejas homosexuales que quieran pasar su llamada “luna de miel” en la ciudad? ¿Por qué no aplicar el mismo criterio para parejas ordinarias? Esto no tiene otro nombre más que discriminación a los matrimonios. ¿Y para qué quieren que se les reconozca a las parejas homosexuales? Va una joya que se encuentra en la red, en un sitio dirigido a homosexuales, de esos que hoy celebran la legislación aprobada por la ALDF. Es un hombre que pregunta a una consejera sobre lugares donde puede acudir para tener encuentros sexuales con diferentes personas. Va la respuesta: “(…) La otra opción es que acudas a las orgías de libre acceso que se organizan en la colonia Roma, conocidas como las Red Hot Parties. En mi experiencia te puedo decir que ahí encontrarás gente agradable y muy atractiva, e incluso hasta tienen días de universitarios, cuando los jovencitos entran gratis en determinado horario. También tienen días completamente nudistas. “Qué gozo, amigas mías, no tengo la menor duda, significa el intercambio sexual colectivo, y déjenme recomendárselos ampliamente ahora que tenemos tanta interacción social decembrina. Se tratará de una manera audaz de pasar las fiestas. Además -no me dejarán mentir-, al día siguiente de la cena de noche buena y de año nuevo, siempre hay un importante número de chicos que buscan desfogarse”. Fin de la cita. No se puede decir más. Reducir al ser humano a un mero objeto sexual, a un ser capacitado para satisfacer placeres carnales, a un ser sexuado irracional, nos traerá consecuencias y costos sociales muy altos. Y es algo que ya se vive en las entrañas de nuestra ciudad. ¿Por qué la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se ha convertido en un instrumento de lacayos al servicio del gobierno local? Cuando el ombudsman capitalino avala esta ley diciendo que “es un avance en materia de derechos humanos” evidencia su parcialidad y que la institución está sometida a los intereses de Marcelo Ebrard y de su grupo político que fueron quienes, finalmente, le dieron el cargo. ¿Por qué la incongruencia ha sido la moneda de cambio de los diputados locales del PRD y de otros partidos que votaron a favor de la ley? El diputado Víctor Hugo Romo, del PRD, declaró que el cardenal Ernesto Corripio Ahumada estaba detrás de la campaña para denostar las nuevas reformas al Código Civil local. Sin detenerse a pensar en lo que había dicho, insistió en que siempre no, si no fue el cardenal fue un hijo suyo que lleva su nombre. Calumnia, que algo queda, decía Voltaire. ¿Por qué los que se autonombran tolerantes piden el silencio de la Iglesia respecto a este tema? ¿Por qué piden la intervención de la Segob para que “calle” a la Iglesia? David Razú, el diputado local que impulsó estas reformas, aseguró que la Iglesia Católica cometió excesos en su discurso al oponerse a tales reformas. ¿Por qué piden el silencio de la Iglesia en estas situaciones y se escandalizan cuando a ellos no se les garantiza su libertad de expresión? obligatorias, permanentes, abstractas e impersonales, y conocidas. La ley que aprobaron los asambleístas atiende a grupos y asociaciones muy identificadas y están encaminadas a satisfacer las demandas de un sector muy reducido de la población. La psicología moderna más seria y ajena a ideologías ha demostrado científicamente que la homosexualidad es una patología que puede ser curada. El reputado investigador norteamericano, Robert Spitzer, evidenció en diversos estudios que la homosexualidad, para ser curada, requiere de un proceso psicológico intenso, pero que, al final, obtiene resultados muy benéficos. Los homosexuales, en vez de reclamar supuestos derechos, deben reconocer que están enfermos y que pueden ser curados. Es cierto, es muy difícil, pero existen testimonios de personas que dejaron de lado sus prácticas homosexuales para retomar su vida normal. Dice Marta Lozano, una mujer ex homosexual que escribió su propia experiencia en un libro, a las personas que han sufrido esta enfermedad: “sea lo que sea lo que hayas vivido, experimentado o sentido, no eres la única persona que ha pasado por situaciones análogas. Aunque te embargue un dolor o tristeza profundos, aunque te sientas solo, culpable o avergonzado, tu vida puede cambiar. Pero para ello es imprescindible abrir tu corazón y buscar ayuda. “Y por supuesto, hacerlo con la persona apropiada, que pueda comprenderte y asesorarte de forma adecuada, que fomente tu confianza en ti mismo, una persona con valores profundos, a ser posible creyente y que busque verdaderamente tu felicidad personal. “Creo que lo primero es reconocer que necesitas ayuda. Este es el primer paso para emprender un camino que puede devolverte la libertad y la dignidad, unos valores impregnados por Dios en lo más profundo de cada ser humano y que ninguna persona, circunstancia o conducta (por dolorosas o graves que puedan parecerte) podrán arrebatarte jamás. ¡Puedo asegurarte que el esfuerzo merece la pena!"

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