PRAGMATISMO RAMPANTE
Eduardo Andrade Sánchez
Organización Editorial Mexicana
30 de diciembre de 2009
DÍA 1126. EL ÍNDICE DE MORTANDAD SUBIÓ CUATRO CENTÉSIMAS PARA UBICARSE EN 13.58 MUERTES DIARIAS VINCULADAS CON LA CRIMINALIDAD ORGANIZADA EN LO QUE VA DEL SEXENIO.Uno de los principales problemas de los partidos no sólo en México, sino en el mundo entero, tiene que ver con un excesivo pragmatismo que abandona principios y valores a cambio de ventajas electorales. Diríase que una vieja clasificación de los partidos está perdiendo vigencia: la que distingue entre los partidos de acción y los partidos de expresión que tiene ciertas coincidencias con la diferenciación entre aquellos que se consideran orientados por el poder y los orientados por las políticas.Partiendo del supuesto de que los partidos constituyen aglutinamientos estables de intereses, Karl Deutsch distingue dos categorías: partidos de acción y partidos de expresión. Los primeros son partidos fuertes que ejercen efectivamente el poder y pueden ejecutar acciones concretas. Sin embargo, en razón de su propia dimensión -en la que se conjuntan intereses variados- tienen que sacrificar parte de sus demandas mediante transacciones que les permitan satisfacer otra parte de ellas.Los partidos de expresión, por otro lado, parecen conformarse con plantear sus exigencias, y si bien no ejercen el poder directamente, pueden, mediante coaliciones con otros partidos mayores, lograr ciertos beneficios para los intereses que representan. El propio Deutsch, al analizar los fines de los partidos, los clasifica en partidos orientados por el poder y partidos orientados por las políticas. Los primeros tienden a la obtención y el mantenimiento del poder, independientemente de las medidas que tengan que tomar, y aunque ello signifique variar los grados de satisfacción para los diversos grupos que los apoyan, llegando incluso a sacrificar algunos de esos grupos a fin de ganar el favor de otros. Los partidos orientados por las políticas, por su parte, buscarán, por el contrario, la adopción de las medidas que proponen, aunque no sean ellos quienes las realicen directamente. Al respecto, dice el mencionado politólogo: "Mientras que una persona orientada por las políticas prefiera tener razón, a ser Presidente, un individuo orientado por el poder cambiará muchas de sus políticas y aun de sus principios -discretamente-, si ello es necesario para ser elegido o permanecer en el puesto".La cuestión es que incluso partidos que originalmente se orientaban por las políticas, al asumir el poder se aferran a él a toda costa sin importar qué principios deban abandonar o traicionar, nuestro ejemplo más próximo lo tenemos en el PAN, que, según su presidente, está dispuesto a recibir a quien sea independientemente de sus creencias o tendencias valorativas. Incluso partidos pequeños dejan de expresar demandas concretas para vincularse con cualquiera que les ofrezca una mejora de su posición frente al electorado. Todo parece indicar que, desgraciadamente, el planeta entero observa una tendencia hacia la aparición de una sola categoría de partidos con exclusión de todas las demás: la de los partidos orientados por el pragmatismo rampante. eandrade@oem.com.mx
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