UN DIA DE AMOR Y UNA NOCHE DE MIEDO

Cirze Tinajero Hoy se celebra la fiesta de Halloween, muchos pequeños saldrán a las calles a vestirse de brujas, fantasmas o algún monstruo para pedir dulces, mientras que otros también se disfrazarán para ir a alguna fiesta o reunión; las casas estarán llenas de muñecos de calabazas o vampiros y recordaremos esta fiesta celtica, comercializada en Estados Unidos, como si fuera algo de lo más normal. Pero ¿y el Día de Muertos? ¿Esa celebración tan mexicana dónde queda? Muchos podrían decir que el tema de Halloween contra el Día de Muertos ya está muy manoseado, que siempre es lo mismo, que siempre se aborda la idea de rescatar nuestras raíces, porque esta celebración tiene un origen prehispánico y está apegado a nuestra nación. Y que además, esta celebración la encontramos en todos lados, en las ofrendas que se ponen en los centros de las ciudades, en el pan de muerto que sabrosamente nos comemos en la merienda y en las flores de cempasúchitl que compramos en los mercados. Por lo que, entonces, ¿qué más queremos? Pues bien, estimado lector, en esta ocasión me atrevo a solicitarle mucho más. El Día de Muertos debería ser considerado como una fecha que demuestre que el amor es eterno –con decirle que tiene más sustento que el Día del Amor y la Amistad–; tal vez le suene ridículo, pero así es. Esta conmomoración es el ejemplo perfecto de que cuando se ama a alguien y fallece, con el pasar los años podremos encontrar a nuevas personas en nuestras vidas, pero el amor que sentimos por quien se fue, no cambiará, pero sobre todo, siempre lo recordaremos. No importa si ya no tenemos en el plano terrenal a un esposo, esposa, padre, hijos, amigos, abuelos o quien sea, este día es la excusa perfecta para recordarlos aún más de lo que ya de por sí hacemos. Si en su caso perdió a su pareja, pues recuerde los detalles curiosos, las pláticas eternas, incluso los primeros tres meses que estuvieron enamorados, aquellos en los que vio el mundo de color de rosa; también acuérdese de las peleas y las reconciliaciones. Pero, sobre todo, cómo esa persona marcó su vida y lo hizo crecer. Si fue un hijo, nunca olvide su sonrisa, recuerde que en algún momento usted fue su héroe, lo sabía y podía todo, incluso recuperarse del inmenso dolor que significó perderlo. Si fue un padre o un abuelo, dé gracias porque tuvo un modelo a seguir, que lo educara, consintiera; alguien que habría dado su vida por hacerlo feliz o verlo sonreír. Acuérdese de las grandes enseñanzas que le dejó, no sólo las académicas, sino las de la vida, aquéllas que lo forjaron en valores y que le permitieron o permitirán construir una nueva familia. Es cierto, los seres que amamos ya no están, pero viven en nosotros por todo aquello que nos dejaron y enseñaron; por ello, lo menos que podemos hacer es recordarlos y hacer que quienes no tuvieron el privilegio de conocerlos también conozcan sus enseñanza y sepan más de aquella persona que fue tan importante para nosotros. Es decir, estos días son perfectos para contar aquellas anécdotas del abuelo a nuestros amigos o nuestros hijos. Es el día de preparar la receta del platillo favorito de la esposa que ya no está con nosotros; o incluso contar la historia de la tátara tía abuela, aquélla que en su momento causó conmoción, todo con la intención de conocer más de nuestra familia y antepasados, pues también hay que sentirnos orgullosos de nuestros muertos. Sobre las ofrendas, si usted quiere poner una, adelante, hágalo, pero no con la idea de que su difunto vendrá a comerse el taco de mole que le dejó. Hay que ponerla como tributo, para recordar qué hacía esa persona, en qué se distinguió, qué le gustaba, quién fue y qué nos dejó. En estos días, lamentablemente, la mayoría celebra a Frankenstein, a la momia, al vampiro, bueno, en realidad en estos tiempos ya ni eso, lo que está de moda es Michael Jackson o algún personaje similar. Pero, ¿acaso el hombre lobo ha pasado por su casa y dejado buenos recuerdos? Claro que no, ¿entonces por qué hacerle fiesta a algo que no es parte de nosotros? ¿A algo que tiene un origen cuestionable y lejano a nuestra tradición? En definitiva, hay que tomar estos días para valorar y recordar a los seres queridos que ya partieron, puede rezar por ellos, recordarlos e imaginar cómo sería su vida si esa persona aún estuviera con usted. No obstante, aprecie lo bueno y no deje que el dolor pueda más; es verdad que perder a alguien es un golpe fuerte, pero con el tiempo uno aprende a vivir con ello y a superarlo. Es verdad el dicho de que los muertos nunca se van por completo si hay alguien que los recuerde, entonces, ¿usted va a dejar que realmente muera esa persona que ama? Mientras que el Día de Muertos es una tradición muy nuestra, el Halloween es una "celebración" deformada y compuesta por muchos aspectos negativos y alarmantes. Onésimo Herrera Flores nos explica lo que se esconde detrás de este día. LOS ORÍGENES DEL HALLOWEEN Halloween es un festival que celebraban los celtas (sociedades controladas por sacerdotes druidas) señalando el inicio del invierno. Hasta el 31 de octubre reinaba Baal, dios celta de las cosechas, de la primavera y el verano, y desde el 1 de noviembre, reinaba Samhain, el dios de la muerte. De ahí que el naranja sea la representación del otoño y el negro el de la muerte. La noche del 31 era un intervalo entre los dos reinados. Y según sus creencias, los muertos aprovechan para deambular por el mundo de los vivos. Por lo demás, hoy en día esta noche es la más importante del año satánico. A "All Hallow" o "All Holly" se agregó "en": abreviatura de "evening", que significa anochecer, momento en que empieza la festividad. De ahí el nombre de "Halloween". Los irlandeses de origen y creencias célticas llevaron el "Halloween" a EU y de ahí a Latinoamérica. Estas sociedades druidas adoraban y servían a Samhain. Cada año, el 31 de octubre los druidas celebraban la víspera del año nuevo céltico en honor a este dios, brindándole sacrificios animales y humanos, especialmente de personas que pensaban ya no vivirían tras el invierno europeo. El origen de esta celebración en la óptica católica, según el cardenal primado de Nueva York de San Patricio, está cargado de supersticiones, leyendas negras, paganismo, ocultismo, brujería y todo tipo de actividades del mundo de las tinieblas. ¿Qué hacían esa noche? Los druidas se vestían con cabezas y carcasas de animales y se disfrazaban de fantasmas, espíritus satánicos y brujas; recogían ofrendas para Samhain. A los que se negaban, hacían el "Trick", quemándoles el sembradío, matándoles sus animales domésticos e incluso destruyendo su casa y llevándose lo más valioso, incluyendo las niñas y mujeres bellas.Ése es el origen del "Trick or treat". Posteriormente los sacerdotes quemaban todo en una fogata, ofrendándole al dios de la muerte o demonio mayor. Poco a poco se introdujo como una celebración inocente, como una fiesta de los dulces y una especie de carnaval, cuando en realidad es un día de ritos y costumbres derivadas del culto al diablo. Es la fecha más importante del calendario satanista. ¡Es como su año nuevo! El Halloween llegó a Estados Unidos como parte de una tradición religiosa muy antigua, pero a la vez, rodeado de una cauda de esotéricas ramificaciones que han originado mitos y leyendas negras, entremezclado la magia, los cultos sincréticos, el folclorismo animista y las creencias religiosas impregnadas de superstición. Dentro de la línea histórica, el Halloween llega con los colonizadores irlandeses y también con los escoceses, los que a su vez lo habían tomado de los druidas, los sacerdotes celtas. El Festival de Samhain representaba el fin del verano y la fiesta de la cosecha. Durante el mismo, se hacían sacrificios de animales y de humanos "inservibles" que no eran de utilidad para los miembros de la tribu (minusválidos, ciegos, locos y estériles), que servían para ofrendarse al señor de las cosechas. Asimismo, los asistentes se disfrazaban de animales y de seres fantasmales. Los romanos lo suprimieron en el transcurso de su invasión a tierras británicas, pero resurgió modificado. Los sacerdotes de los helvecios, galos y británicos eran oficiantes celtas de la antigüedad que transformaron una costumbre pagana, al cristianismo. Pero según algunos historiadores, puede ser un tanto a la inversa; es decir, que los druidas hayan transformado en esotéricas costumbres, algunas prácticas cristianas por el respeto y la veneración que recibía el culto a los muertos. Noche terrífica es la de Halloween que, por sus formas externas e impulsado por diversas y variadas causas, se ha impuesto en otras latitudes, desplazando en la superficie a las costumbres autóctonas.

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