Un fraude embotellado
¡Cuidado! Un fraude embotellado
Onésimo Herrera-Flores
JUlio 2009
El agua embotellada que se expende en México tiene cientos de colonias de bacterias y es clara, no por su tratamiento de purificación, sino gracias a substancias químicas que se le vierten. Los fabricantes de agua embotellada publicitan que su producto tiene gran calidad y hacen pensar a millones de personas que es más pura que la de la llave, pero los consumidores no se dan cuenta de que en realidad es un proceso con escasos controles. De ahí que en México y en Estados Unidos proliferen las botellas de agua de marcas regionales y locales. El reporte de la Oficina de Responsabilidad General de Estados Unidos indica que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) tiene poca autoridad para regular la producción de agua embotellada e incluso afirma que su capacidad de vigilancia se concentra en el servicio de agua potable. El reporte es sólo una parte de las críticas desatadas contra la industria del agua embotellada en Estados Unidos (y en México, por consiguiente, pues funge como un surtidor “más barato”, tanto en la frontera como por los millones de visitantes que se desplazan a la República Mexicana) durante una audiencia de la Subcomisión sobre Vigilancia e Investigaciones de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes. La FDA no tiene autoridad para ordenar a las embotelladoras que usen laboratorios certificados para realizar pruebas de calidad de agua o reportar los resultados de los exámenes, incluso si se hallan violaciones a los estándares de calidad. Jane Houlihan del Environmental Working Group, una organización activista que entregó un segundo reporte a la comisión, aseguró: "Muchas personas asumen que el agua embotellada es más saludable y limpia para beber que el agua común de la llave, mas la realidad no es así". "Pero algunas compañías han alejado a los consumidores del agua de la llave con afirmaciones de salud y pureza que no están respaldadas por cifras públicas", concluyó Houlihan, preocupada por el fraude mundial, mismo que, además, arroja millones de toneladas de desperdicios plásticos por las botellas no reciclables, que son alrededor del 60 por ciento del total. "Los estadounidenses están dispuestos a pagar muchos dólares por el agua embotellada, que cuesta más de mil 900 veces que el agua de la llave y requiera hasta dos mil veces más energía para ser producida y distribuida", aseveró en la audiencia el congresista Bart Stupak. En México, no obstante el fraude del agua embotellada, las autoridades sólo estiran la mano para cobrar los impuestos de los “fabricantes”, distribuidores y expendedores, los cuales reciben sus ganancias del pago de los consumidores.
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