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De qué se ríen los nuevos diputados.
Pasó la jornada electoral y despertamos el 6 de julio con resultados electorales que muy poco van a modificar la realidad del país. El 6 de julio pusimos los pies en la tierra, entendiendo qué, más allá de votos y curules, nos quedamos con nuestros problemas: gobiernos incapaces, inseguridad, pobreza, desanimo colectivo y acelerada descomposición del tejido social. Conforme a los resultados, como todo en la vida, pero muy patético cuando se trata de la política, unos lloran y otros ríen, de acuerdo a como les fue en la feria electoral. Pierde mucho Calderón, que será un rehén del PRI, al que mínimo le ofrecerá cogobierno, pero también la izquierda que, de seguir dividida y ausente en los grandes problemas nacionales, se convertirá en cualquier cosa pero menos en una opción de poder.
En Veracruz ya se habla de la sucesión gubernamental para el 2010, mientras el gobernador perfila a su delfín crecen los enanos en su terreno y se empiezan a notar preparativos en las otras fuerzas políticas, especialmente en el PAN que no ganó muchos distritos pero tiene los votos suficientes como para disponer de una plataforma electoral que lo hace competitivo.
A pesar de que el PRI ganó mucho no se puede asegurar que tiene controlada a su favor la sucesión gubernamental, ni que va a ganar con el candidato que sea; como nada está definido están por verse el escenario más cercano a la próxima campaña electoral, el mantenimiento de la unidad del partido rojo, el perfil de su candidato y la construcción de una coalición fuerte. Prácticamente las mismas consideraciones se pueden hacer para el PAN, que si bien queda regularmente posicionado ha demostrado que no supera cierto nivel de apoyo ciudadano, como se vió en la reciente campaña en la cual fue evidente su manejo de abundantes recursos económicos y materiales.
Aunque parezca paradójico el PRD todavía puede jugar un papel importante en el relevo de gobernador en Veracruz, a condición de que cuente con dirigentes y representantes populares capaces, honestos, creíbles y presentables. Es evidente que el partido Verde difícilmente podrá ser tomado en cuenta ya que se trata de un membrete, sin base social, que se desplomará al menos que, ahora, invente alguna campaña de pena de muerte a los perros.
Cada vez es más difícil la situación del PRD en Veracruz, pero será peor sino se aborda su realidad con la debida seriedad, honradez y autocrítica. Nada más nocivo para el opacado “sol azteca” que salir a expresar las frases de siempre que dictan al cinismo, la simulación y la bufonería. La disyuntiva es clara: partido de verdad o franquicia de membrete. Las preguntas que se imponen tienen que ver con el qué hacer, seguir así hasta la extinción o cambiar para renovar, y quiénes se harán responsables de lo que ha pasado, porque los fracasos no se hicieron solos, hay quiénes han decidido candidaturas, presupuestos, alianzas e imágenes, por lo tanto se deben deslindar responsabilidades como punto de partida de un saneamiento de la vida interna del PRD. En ese sentido se debe revisar el papel desempeñado por su “dirigencia” estatal y sus representantes populares, especialmente el “quemadísimo” grupito legislativo. Un buen mensaje sería la presentación de renuncias de quienes ocupan cargos directivos.
Se puede esconder la cabeza y seguir jugando a la política o encarar de lleno nuestro delicado momento y, siendo así, lanzar una estrategia política de renovación y fortalecimiento del PRD veracruzano, que tenga como etapa y meta desde estos días hasta la elección local del 2010. Esa estrategia iniciaría porque se cuente con un equipo dirigente que sea real, plural, profesional y representativo; seguiría con un programa de reactivación de las bases que queden; incluiría una línea política clara, con identidad, independiente y de compromiso social; le apostaría a la unidad de la izquierda y nos llevaría a jugar un papel relevante en la competencia electoral del 2010. En lo que es propiamente la estrategia electoral debemos ir clarificando por dónde, con quién y hasta cuánto avanzar. Anoto lo siguiente: en una primera etapa el PRD debe promover a uno o varios candidatos propios para la gubernatura, observando minuciosamente su desenvolvimiento para, llegado el momento, continuar en esa ruta o abrirnos a una coalición, la cual será determinada por sus propios méritos y de acuerdo a la coyuntura; si el PRD fuera a una coalición apoyando al candidato de otro partido, además de ver reflejadas sus propuestas en una plataforma electoral y en un programa de gobierno debería abrir espacios significativos en los ayuntamientos y en el congreso del estado.
No omito la trascendencia que tiene en esta estrategia que el PRD defina su postura sobre la composición del IEV, en el sentido de avalar o no la forma en que quedó integrado su consejo o los acuerdos qué, en lo oscurito, hicieron algunos de sus representantes. Esta es una parte clave del escenario del 2010.
Recadito: Domingo 19 de julio, en Xalapa, consejo estatal del FAS.
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