AQUI EN LA TIERRA, COMO EN EL CIELO 11 PARTE





MEMORIAL  PARA
LUIS ARMANDO GARZA NUÑEZ
COMANDANTE SPECTRUM

Querido hijo:

Nochebuena y Navidad , así como Año Nuevo, fueron días de dolor y llanto, la casa estaba sin ti, la almohada de tu último suspiro, fue la que atrapó mis lágrimas, me ha costado mucho trabajo este proceso de aceptación de tu muerte, caminar no ha sido fácil, pero quiero decirte que hasta ahora comprendo porque te fuiste en un día tan especial, el 28 de octubre, en el día de San Judas Tadeo.
Le reclamé al Santo, no lo podía ver, me rebelaba ante la injusticia de saber, que hay otras personas que son longevas y que tu siendo tan joven, te fueras.
Pero lo entendí hasta ahora, en que después de mucho leer,  comprendí que, la misión de haberte ido tan rápido tenía una finalidad, sé que estás bien, el día en el Santoral católico, donde se festeja a Judas Tadeo, es el 28 de octubre, pero el día en el cual Judas Tadeo, se une a las bendiciones que se derraman en la tierra, es el diez de mayo, es decir el Día de la Madre, con ello me has dado un obsequio, que  asimilo hasta ahora, que comprendo que tu lugar no era aquí, que era en otro plano, en otra dimensión, donde el dolor no existe, donde tu  muerte es solo un proceso hacia la iluminación del ser.
Te quiero decir que te extraño, que me gustaría que estuvieras aquí conmigo para platicar tantas cosas que he vivido, quizá pocas personas comprendían nuestra relación de madre-hijo, ¡ hablábamos  de tantos  temas! tus conceptos eran muy elevados y aún yo, en ocasiones no me daba el coco, para entender desde que eras un niño y te enojabas porque preguntabas cosas que no sabíamos contestar.
Judas Tadeo es un Maestro, un ser de luz, que habita en las Montañas de Armenia, he vuelto a visitar al Santo, su imagen en la iglesia representa respuestas; me reconcilié con él, porque sé que eres feliz donde estás, porque la señal, era que yo, tu madre, volviera a sentirme viva, tu hijo está bien, vela por él, desde donde estés, la casa está llena de ti, pero te sentimos libre; estamos bien hijo, y yo enamorada de aquel  señor que te platiqué.
Como si recibiera tu abrazo y tus besos en mi cabeza, este diez de mayo, lo pasaré pensando en ti, sin dolor, con alegría  pensando que tu muerte fue una elección y designio de Dios, cobijándote en su amor.
Hijo... yo te bendecía aquí en la tierra, bendíceme tu ahora, en el cielo-
Te amo, Aquí en la tierra, como en el cielo.

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