¿PONER UNA ESTATUA DE DON ANTONIO CHEDRAHUI KARAM? Y PORQUÉ NO.

DRA. ZAIDA ALICIA LLADO CASTILLO

Nos han acostumbrado a la idea de que para honrar una persona por sus méritos, forzosamente tiene que haber destacado en una causa nacional o en el ámbito político-gubernamental y pocas veces se hace un homenaje popular o que  se devele una estatua  a quien hubiera resaltado por su trabajo en el ámbito de las empresas.

Generalmente para este tipo de personas las propias agrupaciones civiles o representativas del comercio o de la industria, se dedican a promoverlo; pero, que se haga una estatua a una persona cuya extracción es ese campo por iniciativa gubernamental y para el pueblo, es muy remoto.

Y lo menciono porque se ha prestado a polémica por parte de algunos grupos como la “Red Social para el Desarrollo Alternativo de los Pueblos de Veracruz”  que refuta el que se le develara en la capital del Estado el pasado 15 de Septiembre (en el entronque de la Ave. Lázaro Cárdenas frente a Plaza Cristal), una estatua de Don Antonio Chedrahui Karam y han manifestado su inconformidad en algunos medios electrónicos y escritos.

Pero, así como ellos hacen valer sus opiniones en contra de esta iniciativa, mismas que respeto, también es bueno que se mencione que puede haber personas en las que sí estemos de acuerdo con este hecho y al respecto expondré mis razones. Y en esto, lo aclaro, no me mueve ningún interés de por medio.

¿Qué simboliza erigir una estatua o un busto a favor de alguna persona? , bueno primeramente el resaltar a un personaje como figura emblemática por sus logros a favor de la sociedad, de su ciudad o de algún campo especifico de su competencia o profesión; segundo, que el hecho permita que la ciudadanía perciba que existen o han existido en el pasado, personas que sobresalen como figura líder y que pueden ser tomadas como modelo de trabajo, de sabiduría, de actitud visionaria, de entrega a una causa humanitaria, etc. y eso permita dar mejores modelos de identidad hacia las generaciones presentes y futuras. Luego entonces, parece simple pero no es así.

Para que un hecho de esta naturaleza se le dé su justo valor, mucho tiene que ver el momento y la circunstancia en el que el mismo se celebra; sobre todo, porque es muy importante que cuando se toma una decisión de esa naturaleza ésta deje satisfecha a la mayoría de la población y sobre todo, que se haga justicia respecto a la persona que es honrada y no exista algún evento que empañe ese hecho. Recordemos lo que sucedió con la famosa estatua de Fox en el Puerto de Veracruz, como ejemplo.

Y creo que en este caso en particular, aunque desde mi punto de vista es más que merecida la escultura a Don Antonio Chedrahui Karam, me parece que se tuvieron algunas fallas de tacto y sensibilidad y me permito mencionar sólo dos:

Por una parte, el que se haga en la fecha del Bicentenario y Centenario. Y en esto concuerdo con quienes son de la idea que, fuera en este espacio o en otro, se hiciera la estatua para alguien identificado con la causa independentista o revolucionaria, especialmente porque se coloca bajo el Puente que lleva el nombre del Bicentenario. Y por otra parte, el hecho de que este acontecimiento se dé en el trienio en el que su nieto el Lic. David Velasco Chedraui, es el Presidente Municipal de la ciudad capital, lo que a primera vista hace suponer una decisión parcializada. Fuera de esas dos cuestiones, que pudieron haberse salvado, el hecho por sí mismo no lo creo censurable.

Pero yo pregunto, si no hubiera sido para Don Antonio Chedrahui K., ¿para quién hubiera sido la estatua o ese espacio? , porque si de los héroes de la patria se trata, pues sus principales figuras ya tienen las propias en la ciudad de Xalapa. A lo mejor  para algún personaje anónimo o anónima, que como muchos existieron en las gestas nacionalistas de 1810 y 1910. O simplemente, ¿haber podido construir un hemiciclo dedicado al Bicentenario y Centenario, que significara y dejara el recuerdo de esta fecha? Posiblemente pero, con todo respeto,  esto no lo hicieron ni en la ciudad de México, que es donde se concentra el poder  federal.

Así que el haber elegido a un veracruzano importante del siglo XX como Don Antonio, no lo creo cuestionable, pues de verdad sólo alguien que no conoce Xalapa y un poco de su historia contemporánea, no se daría cuenta del valor de su persona.

Recordar la figura de un xalapeño que nació en 1923, que formó una familia de hombres y mujeres emprendedores, que fue  visionario, que arriesgó su trabajo y su dinero en nuestro Estado, que le dio a muchas familias veracruzanas un modus vivendi, que enfrentó devaluaciones y crisis financieras, que supo demostrar constancia y profesionalismo para salir adelante y dejar un legado de empresas importantes en Veracruz y en todo el país correspondiente a una cadena de tiendas departamentales eminentemente populares no elitista y que sus hijos han sabido administrar y desarrollar eficientemente, sinceramente  no creo que sea cosa mínima ni despreciable, como para no reconocer su nombre y su figura .

Luego entonces regreso a la pregunta ¿develar una estatua a Don Antonio Chedrahui Karam? Y por qué no. Pero ahora es bueno que se hable un poco más de su vida para dar a conocer los méritos suficientes que el poseía como para ser digno de ese homenaje y de muchos otros que puedan darse en el futuro. Porque si no se hace, se corre el riesgo de que quede esta imagen en el olvido como muchas otras que en algunas partes del país existen (algunas con cientos de años de antigüedad) y que los ciudadanos de México, no tenemos ni la menor idea de quiénes son y corra la misma suerte de las estatuas del Paseo de la Reforma de la Ciudad de México (en número total son 77 por cierto), que las vemos sobre la acera , que corresponden a personajes de la vida política e intelectual de los siglos XVIII, XIX y XX, obra de escultores famosos en su época y que nadie se ha preocupado por dar a conocer al resto de la nación su significado, para que los mexicanos las valoremos en su justa dimensión.

El no difundir el significado de una imagen o de una obra y solo dejarla para el consumo intelectual o de una elite, eso sí es un grave error, pues no se fomenta la cultura del reconocimiento popular a la “figura líder” y por lo tanto no nos extrañe la falta de identidad de las nuevas generaciones hacia aquellos que por sus características de tipo social, intelectual, empresarial o político, lo valen.

El reconocimiento a la honorabilidad y al respeto que merece el ser un buen empresario, ciudadano, político, académico, artista, deportista, etc., es algo que debe ser elogiado siempre. Es urgente que los jóvenes de hoy se identifiquen con figuras líderes en cualquiera de los campos en que destacan, para que se den cuenta que no es una vergüenza empezar desde abajo, que aun siendo humilde y sencillo se pueden lograr grandes cosas como ir escalando posiciones con mucho esfuerzo con el tiempo, ir construyendo un proyecto de vida con constancia, valentía, riesgo y a veces sufrimientos, ir armando los grandes emporios desde cero sin robar y sin caer en actos vergonzosos , etc., y no como ahora creen muchos jóvenes que se dan las cosas: llegar sin meritos ni capacidad a los cargos, sin sudar la camiseta aspirar a los grandes capitales, sin valorar lo que cuesta el tener una mesa servida o formar un prestigio en un comercio, un bufete, un consultorio o tener un nombre y apellido digno de ser reconocido, etc.

Ojalá en adelante, para evitar suspicacias, dichas decisiones respetables se consensen en los propios ayuntamientos y se difunda el hecho lo suficiente para que esto no se vea extraño y sí nos acostumbremos a honrar siempre a figuras apreciables, que como en este caso, simbolizan valores que son necesarios continuar fomentando en serio, en el contexto de la sociedad. 

Gracias y hasta la próxima.

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