ÚNASE AL CENTENARIO DE FÁTIMA
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Estimada Nina, le hago llegar las oraciones para el sexto día de la novena... que la Virgen le conceda muchas gracias... NOVENA A VIRGEN DE FÁTIMA (P. GREGORIO MARTÍNEZ DE ANTOÑANA, CMF) Sexto día: martes 9 de mayo María, refugio de los pecadores Ofrecimiento (TODOS LOS DÍAS) ¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores. Oración preparatoria (TODOS LOS DÍAS) Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que os dignasteis manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos por las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concedednos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea. Meditación para el sexto día: María, refugio de los pecadores ¡Oh Santísima Virgen María, refugio de los pecadores!, que enseñasteis a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestasteis a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión. Súplica final (TODOS LOS DÍAS) ¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedáis que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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