SOBRE LA ANULACIÓN DEL VOTO

 

Leo Zuckermann 19/05/2015 01:54

En contra de anular el voto

No estoy de acuerdo con la postura de colegas como Denise Dresser y José Antonio Crespo, a quien respeto mucho, de anular mi voto en las próximas elecciones del 7 de junio. Explico por qué.

En primerísimo lugar porque soy de una generación que vivió la transformación política más importante de este país en los últimos cincuenta años. Nací en un México autoritario donde el voto no servía para elegir a los gobernantes. Actualmente vivo en un México donde el voto determina quién nos va a gobernar. Nos tardamos muchos años, nos gastamos mucho dinero, algunas personas hasta se murieron, pero al final la democracia llegó a nuestro país. ¿Tanto esfuerzo para ahora anular el voto? De ninguna manera. Me resisto a hacerlo. A lo mejor peco de romántico pero me gusta pensar que mi voto sí contará, ya sea para que gane el candidato que más me convence o para fortalecer a la oposición.

Lo cual me lleva a un segundo punto. Los anulistas parten de una premisa falsa: que todos los partidos y candidatos son iguales. Como todos son malos, no hay que votar por ninguno. No vale la pena tomarse un tiempecito para distinguirlos entre ellos. Yo, en cambio, parto de la premisa de que sí existen diferencias entre partidos y candidatos. Como electores es nuestra responsabilidad separar la cizaña del trigo. A lo mejor hay más malos que buenos, pero sí hay políticos en México por los que vale la pena votar.

Por un momento asumamos que efectivamente los anulistas tienen razón y todos los partidos y candidatos son malos. Pues también dentro de los malos deberíamos encontrar las diferencias y votar en consecuencia. Sería como escoger entre criminales. Todos son malos pero no es lo mismo un ladronzuelo que un asesino serial. Si me dan a elegir, yo prefiero el primero que el segundo. Pues lo mismo debería ocurrir en las elecciones si todos los candidatos fueran malos. No es lo mismo el inepto que el mentiroso que el corrupto que el dictador en potencia.Nuestra responsabilidad es elegir al menos malo: algo ganamos por no haber elegido al peor (insisto, sin embargo, que en México sí hay políticos por los que vale la pena votar).

Dice Denise Dresser que en buena conciencia no puede “depositar un voto que avale una elección inequitativa, un sistema partidista que no castiga a nadie, un sistema democrático que no rinde cuentas”. Coincido con ella que nuestro régimen democrático adolece de esos problemas. Tanto Denise como José Antonio Crespo piensan que el sistema puede cambiarse anulando el voto. En la medida en que millones de electores lo hagan, se envía un mensaje a la clase política de que hay que cambiar. El argumento tiene méritos. Sin embargo asumen que los políticos efectivamente los escucharán y reaccionarán en consecuencia. Es cierto que el entonces presidenteCalderón, frente al anulismo en la elección intermedia de 2009, se preocupó y llamó a varios de ellos a fin de diseñar una reforma política. Pero la iniciativa de Calderón no prosperó porque la oposición, en particular el PRI, la frenó.

En todo caso yo prefiero votar por candidatos que estén a favor de una mayor transparencia y rendición de cuentas. Desde luego que los hay y es nuestra responsabilidad como electores buscarlos y presionarlos para que se comprometan a mejorar nuestra democracia. Ahí están, por ejemplo, 237 candidatos que voluntariamente ya presentaron el tres de tres: sus declaraciones patrimonial, de conflicto de interés y de impuestos. ¿Por qué no comenzamos con premiar a estos candidatos dándoles nuestro voto?

En mi delegación (Cuajimalpa) dos candidatas a jefe delegacional ya hicieron públicas sus tres declaraciones: Julia Bonetti del Panal y Jenny Saltiel del Morena. Yo no voy a anular el voto sino que voy a votar por alguna de ellas (o de otro candidato que se sume en los próximos días al tres de tres). Voy a usar mi voto para premiar a los políticos que sí han entendido que los ciudadanos queremos un sistema diferente donde, para ganarse el derecho a gobernarnos, tienen que publicar su riqueza e intereses. Si anulara mi voto, los estaría castigando al igual que los otros candidatos que no se han atrevido a abrir sus cuentas, lo cual me parece francamente injusto.

Dice Dresser que “si no anulamos las cosas seguirán siendo exactamente igual”. No lo creo. Más bien hay que votar por aquellos comprometidos en cambiar las cosas comenzando por la voluntad de presentar tres de tres.

                Twitter: @leozuckermann

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